no hay en mi inocencia 
la novedad y la fusión de esperar
de absolverme ante lo imperante
en mi sobrevivencia
qué se cree el amanecer que 
va a albergarme en su cuna alunada
en ese roció fuerte y pleno
como la juventud que aún no me abandona
y espero jamás lo haga
me sea el amor como hasta hoy 
siempre en las pequeñas tibias manos
que me toman y adormecen
en mi paseo por la vida por el placer
más eterno que me ronda 
es la inocencia la verdadera sapiencia 
del inocente 
del inmaculado estereotipo que cree poder dominar mi subconsciente 
ese punzante que ronda mi psiquis y dice
que sea esa justicia que anhelo al fin
sea vida nueva modernidad del amor
que al fin un día      caliente                     de fuego 
nos levantará las manos 
para ser alborada 
 
 
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