venías entre el barro
desperdicios a la rodilla
tras la
inundación
el Rúben por detrás
colchón al hombro
lágrimas cortándole la
piel
salías de entre los ranchos
yo te vi
vientre empapado de preñez
inmutable
como acostumbrada
yendo siempre hacia el amor
a recomenzar
porque no ibas a esperar
a que los encantadores de sueños vinieran
a mentir
como los magos
los Reyes
o viceversa
tu ceño daba el mando
aunque
crujiera el corazón
no eras de la cúspide
ni las alturas
solo de la asada y la certeza
salías de la villa
( tu fruto a punto)
mellándole el hacha
a la miseria
sola
luchando por la igualdad