domingo, 10 de septiembre de 2017

acunado

amor          que has venido a acunarme los manjares
las bestias acorraladas en mi pasado
esas hojas anchas que recortan las palmas de crear mañanas

ahora se me espantan          los tiernos albatros
que volaban a través de mis ojos
mientras claudico con las abejas libando
la miel de tu ternura

esa voz afrancesada que cabalga en la cruz de la serenidad
sobre el anca inquieta del quehacer

allí     es donde se mecen los abrepuños que amansa tu vientre
sitio donde encuentro el dormidero                
ese lecho de piel y palabras
en que acontece el alivio      tras enfrentar lo cotidiano

tu calma    deja caer esperanzas           sobre el asfalto dormido
intruso entre los seres amadores          donde la lluvia se desorienta

traéme las ramas de tus pestañas
el jazmín de tu lengua       que genera agua detrás de mis mejillas

no te corras de mi hombro    esa desvencijada bisagra del sustento
que no socorre la verdad

resisto          si tus días me golpean la reacción
y te llevo entre millones de poros descarados
ante las paredes del oxígeno
que alientan mi existir

sábado, 9 de septiembre de 2017

alambrador

                                                                                                           a mi abuelo Pepe

hoy que dormís entre las piedras que han tallado tu barreta
y los hilos de agua que circundan tu rostro
camina mi nostalgia sobre los alambres

el polvo de esos tiempos entibia los pétalos de mi corazón
como un tránsito hasta tus días
en que fuimos indómitos apenas        durante el tranqueo
que mide una distancia

pequeños intervalos de felicidad       que aún sujetan
inicios de mi adolescencia
hoy adolezco de tu enseñanza               de tus manos bruscas
y caricias pequeñas

pienso                 en los azahares que habrán sostenido tu espalda
durmiendo a la intemperie             como bendecido por el alba
y la escarcha dura de nuestro pueblo

cuánto habrá intentado besarte la tierra
bañándose en tus manos prósperas

inquietas           resolana y ventisca que resecaron tus cueros
aspereza invasora de la experiencia              que deja ejemplos
por donde caminás

esos rectángulos y esquineros                  y líneas de guitarrones
emulando al horizonte                              sostienen
tu digna labor
desde la tierra hacia la eternidad  

mano de obra

extiende las alas        en el momento en que sangran flores
desde una semilla triste                 hay en su piel
impurezas con olor a tiempo

andamio que alarga tus piernas            para construir la esperanza
la huelga amorosa que han plantado los hombres
poderosos que alimentan efímeros pasares

la voz clara de tus manos         no silencia ladrillos
ni cal    ni cemento                   que ascienden para imaginar futuros

la radio te vocifera delicias en los inicios del sol
tu bicicleta chirrida las calles             donde las piedras repican las caricias
nuevas del día

cuchara y balde           como espoleta al mundo venidero
donde pasos vírgenes               colmarán la existencia
esa manera irrefrenable de seguir

así                      no nos detendrán los hijos de la muerte
un corazón no se mata solo            si los valores lo toman por las manos  

aquí hay redención         no rendición
no se estanca el porvenir

la mano de obra                               es la sangre del amor              

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...