debería entrar al paraíso
con la boca cosida
dar pasos ahogando el polvo de las nubes
pegado a los pies
mirar con ojos del delirio
absorber el marrón de las pupilas
hacer trizas la visión
en el cristal de la lente
expulsar la ironía desde los poros
despejar el olor puro del cuerpo
ser inocente de la mismísima esclavitud
depurar la maravilla entrada a mis oídos
la devoción
carcomerle al cerebro
la granita marmórea
que jamás traspuso el corazón
ser despenachado desalado
ambiguo sin punto cardinal
embrión
forzar cada músculo
entre paréntesis para desintegrarme
hasta el infierno
y allí
extractar la voz