una mañana en el recreo
en la conmiseración vislumbra
ojos ajetreados de pena en pena
porque las vivencias se encarnan
en la funda escuálida de cada uno
y no hay más opción que tragarse
los caminos
los seres que entraron por una aurícula
y salieron por la otra dejando la residualidad
paseando por la saliva detrás
del pómulo inquieto
se ahogan en las pieles del alma
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