miércoles, 30 de mayo de 2018

tiempo en años

a esta altura         estreno nuevamente la vida
cuando se enciende en mis ojos           tu voz
tu rostro de salvación

entonces vibro y estalla un nacimiento
en mi ser                           sin embargo
cuando te vas un espanto me trueca

y así estamos           mortales e inmortales
niñitos solitarios que nada saben del amor
ni nos dejamos llevar por ese individuo
que nos quita los corazones

adolescentes de todo dejando nuestras ansias
de vivir a contrapelo         nadando en los silencios
así el tiempo se hace años
quedándonos detenidos a pesar de qué

adormecidos en posesiones
y sus adjuntos            así
hasta que algo nos dé una razón

martes, 22 de mayo de 2018

al acecho

y te revolotea en el oído la palabra amor
y la palabra olvido murió dos años atrás
mientras juntás la memoria en una palita de mi tes

ha cambiado la nada por el todo
hasta dejarte dormida en mi soñar
y saber que sabés que sé
aunque no te atrevés a soltar la bandada de la mano

ahuyento lo imposible hasta los rincones
en que la maldad crepita
para abrir todas las puertas
donde descansan mis almas 

las baldosas solapadas de nuestro camino
dicen querernos como yerbitas pegadas al poste
donde se toman las riendas
de los cuerpos blanquitos recién niñados

como suelta de palomas agitadas       latentes
emparchando el cielo         
que me suelta sus pedazos para vos

corazones ensamblados jalando sangre para dos
para vos que guardaste la congoja en una bolsita
y la arrojaste al no me acuerdo
al peso de la oscuridad sobre el baldío

en vano fue la espera          el tiempo
que venimos coleccionando
los impulsos imantados
las hambres devorándonos

y ambos al acecho de nosotros

mezcla

yo
tu esperador que se aferra a la dulzura atrasada
aún           
sobre el instante en que dijiste "quizás"
vos
la esperada de fabricar amor

alcanzás mi parte blanda
con tus besos de sur
con los ojos humedecés mi almita penosa
penando en penas         habidas y por haber

cauta largura de tu cuerpo
que ha sabido depositarse en el mío
enterrado allí como un tesoro eterno
magnificente fortuna entre estos poros

sobre mis sienes un espantoso aquelarre
quiere expulsarte de los adentros
donde sufro a placeres a martillazos de memoria

pero soy firme a tus entrañas donde alberga la verdad
y nos caduca ahí donde aguantás quién sabe qué
qué

qué de esos días sujetos en las manos
eso que pesa como lingotes efímeros
como la propia noche
como la ajena vida

en tus pesares y los míos hay un instante absoluto
para el cambio           para abrir la puerta
al mundo de ser feliz

la nubecita de tu boca
los panaderos de tu mirar
el temblor infinito de éstas sangres que se mezclan

lunes, 21 de mayo de 2018

guarecido

te sobreseo
cada vez que paleas un poco de mi alma
dentro de tu ser               en el magullado existir

no hay dimensiones en lo que excita
en lo que calma                precipitando
en los suelos internos
como niñitos cabrones que agitan
los impactos hacia el futuro

poseo tu voz   tu desnudez como un látigo de fuego
en los bolsillos        en cada nuevo instante
paradoja de la verdad            es?

me guarezco en tus pliegues en tu olor
para siempre en los inicios de mi boca
tuya como mía

dormito en la delicada espera
en ese ser que no sos ni seré ni serán
amalgamadas médulas de un tiempo a esta parte

no te vayas si estás ahí
yo existe   
en tus ojos que leen y sangran y duelen
como agua helada

miércoles, 2 de mayo de 2018

tambaleante

un fantoche blanquecino
con una palabra atorada entre los dedos
que esperanza quién sabe qué

contra ésta mañana en que el sol
intenta sobrevivir al ictus que el nubarrón
ha clavado en su frente

con el miedo acariciándole el cuerpo
pálido sostén del anima que
sopla cada uno de los pasos
esos añejos trabajadores del andar

apuñalo mi propia imagen 
hasta impulsarla hacia el momento
en que te supe feliz frente
a mi mohoso ser

y me supiste entero aunque no podías
continuarme entre los alambrados de tu carne
arropada por obligación o frío

vos que alardeas tu figura entre
éstas manos laboriosas marcadas
por labrar tu sonrisa        eterno sustento
raíz        de ese ir hacia dónde

sobre los andamios tambaleantes
por los que transito a pesar de todo y de nada

continúo rescatando de los escombros
partículas amatorias               memorias aceradas
yéndome entre rostros contiguos
que nostalgian mi alma

pensares

dónde me guarezco o me esclavizo
mientras me secciona el filo bruno 
de ésta oscuridad

mi pasión pena          apenas
estorbo que me escombra las sienes 
acumulándose sobre mis cejas y detrás también
agrios pesares que me aprisionan los padecimientos

planeo el futuro y el aire
con las alas despenachadas 
un soplo me atraganta secándome el badajo 
las frases acampanadas de mi voz

austero (siempre) entre golpeantes nubarrones 
que enfrían entibian aplastan
el estertor anhelante que no se rinde

acosame vida         acostame en tu litera cruel
magnificente sitio donde espero crepitar los pasos 

fuérame yo un lugar eterno 
un invencible y desgastado Coliseo
observador implacable de los tiempos       de los vendavales 
una ruina a tropel de pulmón
de agarradas garras

soy        ese viejo joven que me acecha
que aboga por mi semblante
por el espacio que sobra en mi corazón

vientre tibio que espera en la madrugada
a quien siento desde antaño          año tras año
tus ojos portando los míos            a donde no llego
y me vicio en tu tiempo ausente

aún en el aire como una clava o dos 
en la esquina de siempre           esa
limosnera que nos completa el arte

vamos y venimos mientras vamos
hacia el día final o hacia el comienzo

los polvorientos caminos la peste del mundo
el basural contra el cordón que nos albergó
o la costa sin barquitos ante nuevas llegadas

bravas algarabías del porvenir en suspenso
que quedó aguardando entre las palmas tibias

dónde soy          dónde me siento            a qué
a qué verte llegar            volver        a la calidez del sentido
de los apremios         premiados          soñados 

me estanco             como en esos momentos dichosos
dichos al pasar          con los huesos rotos del amor
o las sornas de sus decires

quieto atónito estoqueado 
expectante               donde ese día me dejaste
u otros días acumulados en los bolsillos
sin derrocarlos

los quiero ahí ardiendo espesos
soliviantados               quejosos de mi     punzantes

vacío en el quiebre de la nada
mecido liviano y húmedo
como el vapor que estalla en la ventana

pegado al sin sabor al sin saber
al centro de aquella clava           de ésta veleta
sobre el eje tembloroso 
de la incertidumbre


naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...