sábado, 25 de julio de 2015

Caracolito

con sus manitos y rodillas
esparce la delicia por toda la casa

es un caracolito de colores
dejando su rastro dulce
entibiando al piso mudo

con sonrisas
besa las cicatrices brillosas de la madre

su madre de pupilas dilatadas
con lágrimas a punto
con sus niños tocándole el alma

agradece al Dios

mientras él
continúa
encastrando sus juguetes
en nuestros corazones

Canario

dijo que no
sosteniendo contra la mesa
la única pluma
que dejó el canario de tantos años

dijo que no al viento
a nosotros
que quisimos arrojarla a la basura

nos dijo
que el ave de oro
padeció el desgarro

para que con ella
nos acariciemos
la nostalgia

En derredor

todos estábamos en derredor
a la mesa
con el mate que giraba
como el tambor de un revolver
                                          con una sola bala

aguardando a recibir el disparo de una flor

sabíamos
que tarde o temprano
llegaría el momento
                        de saborear la infusión
única

sabíamos que llegaría
tierno y cálido

como el sabor
de este recuerdo

Recodos

me voy a sacar el aliento
para colgarlo en un cordel
reseco y olvidado

caminaré sobre las cuencas de mis ojos
para sanar los surcos de cada una de mis lágrimas

intentaré reparar uno a uno
los poros de mi cuerpo

recordaré las tunas
en el patio de mis ancestros
las caléndulas que espantaron
los insectos

voy a separar la resaca de mi arroyo
eludiré las piedras para coleccionar recodos
que acunen a mis peces

y me devuelvan
manso
a un manto de palabras

Repasando

todos los días repaso mis entrañas
debo saber quién soy
                            y quién está a mi lado

debemos saber quién cuece el pan
de cada día

dónde concluyen nuestros ideales
cuando tropezamos con alguien

el próximo atardecer
será el nuestro?

qué pena cegar el día
y omitir  la palabra
que debemos dejar en libertad

Contra la pared

vi a mis padres
envejecer palabras con grumos
esmerilarlas
como al más fino cristal

quisiera barrer
sus cabellos olvidados
estornudos
tos rupestre

sentarme
sobre las baldosas polvorientas de la historia

quisiera ser
aromo emplumado

una regulación de las palabras
que enmudezca al agigantado
clon del atardecer

convertirme en un teórico apogeo

la verdad se acuna
                       en mis entrañas

porque
en una taza resquebrajada
comprendí la opulencia de la vida
cuando se marchó el silencio
a dormir el alba

es que no hay penas sin llagas

a veces
urdir los sueños
es estar desterrado
                        entre los espantos

agobiado
contra una pared de pormenores

Caricias

en la vereda de la costa
los golpes me sacuden el pelo
me arremeda la distancia

es en ese sitio
en que la realidad se bifurca de mis estambres
de la misma manera que la sal
se separa del mar para impregnarse
quién sabe en qué cuero

porque la cotidianidad me sostiene a diario

soy un hipocampo con riendas

la inocencia
gastada
me proclama "dominado"

por otra parte
el paisaje cicatriza mis muñecas
y le devuelve oxígeno virgen
a mis adentros

me arrojan migajas los albatros
y los barcos desempañan mis pupilas

es el sol quién juega a cerrarme los ojos
a inspirarme en el arrullo
de la esencia

miércoles, 15 de julio de 2015

Memorandum

aquellos labios agrietados por el frío
como una exhalación subacuática
quisieron prevenirme y no pudieron

mientras yo molía los minutos
arrojándolos al filtro supremo
de mi historia

el invierno se disolvía
en la mano virgen de la primavera

y mi voz buscaba el poro más límpido de tu cuerpo
para dormir eterno debajo de tu piel

hoy
mi memoria sedimentada
se impregna en el polvo de los recuerdos

Destiempos

en estos destiempos que descansan
encontramos idólatras y ególatras
que devoran meses bacterianos
y se desnudan de años súbitos

pretenden dragar las materias grises
las blancas y las negras
mean afuera del tarro porque se les da la gana
y opinan sin impermeables
lanzan piedrazos
y leguleyos sin acabar

caminan con las patas embarradas
en alfombras de algodón
e ignoran a sus hijos

pero siempre meten la panza
cuando se los amedrenta
a punta de palabras

una tibieza
les corre por las espaldas frías

es que algún día hay que morir sin pretender
y pretender morir

martes, 14 de julio de 2015

Panal

hay párpados desechados
en cuevas sin acabar
inhalaciones que devoran
perfumes a girasol

convictos sin barrotes
caminando un para qué

esencias de manos laboriosas
protestas sin souvenirs

erradicadoras de intrusos
y ceras manipuladas

hay sirvientas
sin sueldos ni requisitos
machos efímeros muertos de frío

limpiaceldas a raudal
primeras labores

hay arquitectas con títulos de obreras
esforzadas para la sin nombre

séquito lamepies

pecoreadoras en ocho
indicando la libertad

Pantomima

a esta altura de mis días
mi hueso
desgranándose como el marfil
de un elefante triste
es un grito entre las sierras

ni esta manta rasgada
por el cuerpo de los años
me cubrirá de integridad

el aliento del sol
es una súplica sin sentido

a esta altura de mis días
las palabras del tiempo
son una burla

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...