quién hace esto 
quién logra que me siente 
a la cabecera en una mesa redonda 
cuando una mano pequeña me sostiene y
tira mi sin razón hacia el horizonte 
de un cuarto donde se ama hasta 
el desandar                                  al desahogo 
de lo posible                  del llanto cantado 
en mis pupilas
la luz se difumina en un rostro tierno
se hace colores de armagedón 
en la placenta que creíamos 
y ya no es más que candor elocuente
y soñando las habilidades del mundo
el destellar de la mitad de quienes somos
nos lleva a los extremos inconmensurables
de la vida
 
 
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