no traje corazón una cavidad vacía
tan sólo aereada en mí centro
allí silente aguarda
el inmenso instante
aún los ecos están mudos
en ese rebotar de la nada
hay un rayo feroz insistiendo en mi frente
que calienta hasta ese sitio
no llegó a nueve meses
el que bate las alas
aquel que impulsa su lava canicular
por los vertederos del sentir
no vino ni quiso
la brasa acorazada de la mitad
a golpes de sol
la sangre aúlla
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