este crisol natural clavado como una estaca
en la cruz de mi cabeza acá
sobre el refugio donde encuentro la gramilla
explotando el frío del suelo
buscando quién sabe qué
igual a mí a éste hurgar
en el espacio irregulable parapetado
oblicuo raciocinio intermitente
que me posee y orfaniza
aprieta ajusta las hilachas
de mis sienes rapadas tersas tercas
anodino hállome en recodos
impermeable oculto en las pelusas
entretejidas de mis días
escarnio incontenible despojos
la libertad de la mañana me acuna
sobre el sonrojar de sus mejillas
estrangulando mis penas
los posesos invasores del ser
las partículas eyectas mis mitades
observan absorben
los icónicos pasajes del mundo
mundanos acróbatas del tiempo
buscadores de pertenencias
disfrazadas de calidad de vida
avaros glotones ególatras
emulando albatros
que sobrevuelan la rutina
logrando que mi brazo suba
pidiendo un pasaje entre sus alas
hacia el mar tan cercano
emancipado borrando cada límite
impuesto por los inhumanos
que cuelgan carcazas de hierro
contra su pecho de espumas
estoy soy buscador del porvenir
y muero y sobrevivo y acuso al día
a la efímera felicidad a la angustia encallada
entre pestañeo y pestañeo