sobre el paladar del atardecer
se aleja un día más sin vos
acompasado por el lamento de una torcaza
me divulga una brisa vulgar
que no hay vuelta atrás
que está ausente aquella incrédula perfección
qué manía la mía y la tuya
de qué mano emana el sinsabor
sabroso elixir de la nostalgia
aún revolotea el perfume de alfalfares
que impulsaste hacia mí eternamente
tu silueta mágica jamás escampará
sobre mi nebuloso semblante
incierto yo cómo un niño solo en la soledad
encabritado en mí mismo
encandilado sobre vos
qué le voy a pedir a los olmos
más que la sombra robada de ayer
no da
así no da el amor
así cierne el amor
ese apedreado intruso que nos posee
tan solo por un instante
...y pensé en los contrastes malditos que hay, entre un viaje al espacio y un niño sin pan... Silvio Rodríguez
sábado, 30 de diciembre de 2017
sábado, 23 de diciembre de 2017
el día después
una garza desnuda sentencia la belleza
entre los pellizcos de la lluvia
que me muta todo menos la risa
y los pasos guardados los caminos al borde
con la sinceridad pegada en los recuerdos
como una manito que va trocándome las imágenes
en medio de mis sienes
acalla al silencio que nunca tuve
el mentiroso de siempre
efímeros golpes de amor que hacinaron heridas
en la nebulosa claridad momentos
endulzando mi pureza
la calavera repleta escarnio insolente
que deambula mi idiosincrasia estupefacta
la póstuma postura los besos póstumos
que transgredirán los quejidos
filos de paredones impuestos
quiero decir la certeza está en el día después
después del último día
en la extinción del hombre
entre los pellizcos de la lluvia
que me muta todo menos la risa
y los pasos guardados los caminos al borde
con la sinceridad pegada en los recuerdos
como una manito que va trocándome las imágenes
en medio de mis sienes
acalla al silencio que nunca tuve
el mentiroso de siempre
efímeros golpes de amor que hacinaron heridas
en la nebulosa claridad momentos
endulzando mi pureza
la calavera repleta escarnio insolente
que deambula mi idiosincrasia estupefacta
la póstuma postura los besos póstumos
que transgredirán los quejidos
filos de paredones impuestos
quiero decir la certeza está en el día después
después del último día
en la extinción del hombre
si un día encuentro a mis muertos
cómo les digo que el sifón es una botella
que el celular nos arranca los días
ubérrimos esclavos
qué entenderán qué terminarán negando
cómo les hago saber que los corbatitas
no se acercan al campo que dejaron de piarnos el alma
los petirrojos vaciaron las pupilas
que tenemos escarchas por entrañas
y nuestro cuero un mudo metal
de qué manera trepa el sol -les digo
cuánto nos recrimina la naturaleza
la fuerza de la tempestad
de qué forma expulso de mi vergüenza
que desperdigamos los sueños
cómo desenterramos las semillas y
tomamos a patadas la huerta
si un día encuentro a mis muertos
les diré que también he muerto antes de morir
que no fueron suficientes las blasfemias
las marchas ni los éxodos
ni siquiera los dos sexos
y la mancha negra del sol
o el amor sin superar
la cotidianidad tan cotidiana
aunque el ave acude todavía al porvenir
si un día encuentro a mis muertos
que el celular nos arranca los días
ubérrimos esclavos
qué entenderán qué terminarán negando
cómo les hago saber que los corbatitas
no se acercan al campo que dejaron de piarnos el alma
los petirrojos vaciaron las pupilas
que tenemos escarchas por entrañas
y nuestro cuero un mudo metal
de qué manera trepa el sol -les digo
cuánto nos recrimina la naturaleza
la fuerza de la tempestad
de qué forma expulso de mi vergüenza
que desperdigamos los sueños
cómo desenterramos las semillas y
tomamos a patadas la huerta
si un día encuentro a mis muertos
les diré que también he muerto antes de morir
que no fueron suficientes las blasfemias
las marchas ni los éxodos
ni siquiera los dos sexos
y la mancha negra del sol
o el amor sin superar
la cotidianidad tan cotidiana
aunque el ave acude todavía al porvenir
si un día encuentro a mis muertos
morí
en su rodante blanco equidistante a quien fui
alentando a sus caranchos que
tironean mis ojos mi pelo
por donde me enfermo anduve
por donde anduve enfermo
una hormiga me pica la mañana
y desterrado del pago
velo para siempre desde el fondo
hasta las ideas que plasmé en los espacios recavados
entre la pobreza y sus miserias
mi grito encuentra el surco huyendo para siempre
soplado en mis palabras
ellas harán el juego arando en la locura
implantada un día
hembras palabras machos momentos
que unieron la fecundidad hasta parir pupilas al corazón
solitario forjador de los sentidos
que me pela las yemas los vellos lo bello
ecuánime soplo de ésta sangre
que en algún instante
alzó su voz
alentando a sus caranchos que
tironean mis ojos mi pelo
por donde me enfermo anduve
por donde anduve enfermo
una hormiga me pica la mañana
y desterrado del pago
velo para siempre desde el fondo
hasta las ideas que plasmé en los espacios recavados
entre la pobreza y sus miserias
mi grito encuentra el surco huyendo para siempre
soplado en mis palabras
ellas harán el juego arando en la locura
implantada un día
hembras palabras machos momentos
que unieron la fecundidad hasta parir pupilas al corazón
solitario forjador de los sentidos
que me pela las yemas los vellos lo bello
ecuánime soplo de ésta sangre
que en algún instante
alzó su voz
martes, 12 de diciembre de 2017
muerte del sepulturero
cuando no quede agua en la garganta y
sea tan solo un muerto mal llorado
clareando vendrá la vejiga de lo que guardo
un conspicuo corazón rescatará
entre salivas urgentes
las palabras que no he podido gastar
las bonachonas las maliciosas
blasfemias a punto
dientes blancos de mi semblante aguerrido
que han destrozado los caminos terrosos
los vinos aguachentos entre preguntas irrespondibles
empalizadas que no me detuvieron
hasta la funesta repodrida
espeluznante anacrónica maquina del frío
te cercioro te cerceno el impedimento
a través de la lucha que perdura después del último día
llevo mi pala hacia la posteridad
al recuerdo de tantos seres que sintieron
el terrón de pena con que los vestí
sin medida fingiendo
hoy que corro su misma suerte
me aferro a la negación de partir
hacia los finísimos sonidos de las estrellas
hasta el reflejo de los mares
sueños eternos que me involucran
entre las palmas de sus polvos
entre los polvos de sus palmas
sana costumbre de la vencedora
irrefutable manía de vencer
de aparcar en el silencio
sobre cada desconocido
arrancarlos a la vida como cardo negro
en flor lila flor esplendor de sus espinas
que perecen ante las garras de la doña
roña en la que me convertiré
exhaustiva proteína de lo venidero
aniquilado carezco perezco
perezoso sueño al que me iré acostumbrando
como al morir jamás
sea tan solo un muerto mal llorado
clareando vendrá la vejiga de lo que guardo
un conspicuo corazón rescatará
entre salivas urgentes
las palabras que no he podido gastar
las bonachonas las maliciosas
blasfemias a punto
dientes blancos de mi semblante aguerrido
que han destrozado los caminos terrosos
los vinos aguachentos entre preguntas irrespondibles
empalizadas que no me detuvieron
hasta la funesta repodrida
espeluznante anacrónica maquina del frío
te cercioro te cerceno el impedimento
a través de la lucha que perdura después del último día
llevo mi pala hacia la posteridad
al recuerdo de tantos seres que sintieron
el terrón de pena con que los vestí
sin medida fingiendo
hoy que corro su misma suerte
me aferro a la negación de partir
hacia los finísimos sonidos de las estrellas
hasta el reflejo de los mares
sueños eternos que me involucran
entre las palmas de sus polvos
entre los polvos de sus palmas
sana costumbre de la vencedora
irrefutable manía de vencer
de aparcar en el silencio
sobre cada desconocido
arrancarlos a la vida como cardo negro
en flor lila flor esplendor de sus espinas
que perecen ante las garras de la doña
roña en la que me convertiré
exhaustiva proteína de lo venidero
aniquilado carezco perezco
perezoso sueño al que me iré acostumbrando
como al morir jamás
jueves, 7 de diciembre de 2017
antídotos
sobre la silla en que duerme mi voz
se despiertan las vacas de la curiosidad
apenas esgrimen un lento pestañeo
de niños agobiados
con qué maquina se hace la mañana
acongojada de todo
voz gritona donde arremete la retórica añadida
a cada una de mis cuerdas
ese olor a árbol vívido de rodillas marcadas
tempestades de auxilio en sus brazos al cielo
venenos que asfixian el habla
en los puñetazos de antídotos poéticos
no es un canto de violonchelo aturdido
sino un reclamo a tañido limpio
a gong emplazado entre la frente
quirquinchos iniciando la cueva hacia el porvenir
boca tálamo
donde mi lengua se agudiza
se despiertan las vacas de la curiosidad
apenas esgrimen un lento pestañeo
de niños agobiados
con qué maquina se hace la mañana
acongojada de todo
voz gritona donde arremete la retórica añadida
a cada una de mis cuerdas
ese olor a árbol vívido de rodillas marcadas
tempestades de auxilio en sus brazos al cielo
venenos que asfixian el habla
en los puñetazos de antídotos poéticos
no es un canto de violonchelo aturdido
sino un reclamo a tañido limpio
a gong emplazado entre la frente
quirquinchos iniciando la cueva hacia el porvenir
boca tálamo
donde mi lengua se agudiza
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hoy pasaron las ballenas
y en las pupilas quedaron sus cayos blancos amarillos rosados se saltearon las malas costumbres del día a día la intransigenci...
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para que le vas a añadir soledad al viento si sabe de sobra lo que significa como los celos a los puertos de amores extranjeros que na...
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