detrás de este campo
duerme el mar y ronca
con su garganta blanquecina
airea la baba vindica
se brinda al amante endiosado
quien asoma
late el cuerpo salino
lágrima espumosa
como sangre ensimismada
en el hueco de la mano que la ofrece
y emana palabras amanuenses
tanguea el sol sur Piazzolla
la mañana
alondra bandoneones
soltando bramidos resoplos
flama borrajo
ámbar me sos me crecés
rebalsas los techos
la energía de los pensamientos
nos enmudece tu esfera
como una pandemia que adormece palabras
quebradas en los dedos
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