paredes

ceremoniosas cegadoras con su manto impío
obstruyendo el aire el sol
la magnificente cacería diaria
enmoheciendo la mente
elastizando las distancias

sus contornos entibian el amor
afianzan los sexos   apresuran la humedad
las caricias desnudas los cuerpos del encuentro
sagacidad entre las nuevas bocas

qué nos espera después de estos apartados
distantes estadíos
la deshumanización acaecida
en las puertas de la terquedad
el respeto extraviado en el yo mismo

herméticos estamos estuvimos estaremos
o nos urgirá el regreso a lo fugaz
en los pies empapados de deseo
de huída inminente
de cambios a lo auténtico

el sol nos besó las espaldas
nos circunda la tormenta azul
como a quienes venían quedando
en aislamiento continuo