domingo, 21 de octubre de 2018

renga voz

cuando el obrero tenía que ir
caminando a su labor               la voz
le quedaba chiquita                  era
una hilacha en el olvido

su voz era una hilacha de su propia hilacha
a veces                  el viento se la sacudía
para cantarle las "cuarenta" a cualquiera

por momentos           estuvo a punto de desprendérsele
hasta callar               como el viaje de los muertos

hubo tiempos en que la fortaleza
de su voz apequeñada                    parecía la de un vello
era alentadora esa manía

le picaba en la conciencia la llamarada
esa flaqueza que lo hacía trastabillar
como un perro                    rengo
en la calle

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