jueves, 15 de octubre de 2015

En el campo

mientras caminaba
entre el rastrojo
comía pedazos oscuros de sol

mis ojos se empañaban
por perderse cosechando horizontes

nieblas espesas
como la gordura de la leche
recién robada

siestas con olor a trigo
preguntando quién fue la madre de la naturaleza

se perdió el silencio en la soledad
y no quedó nadie golpeando las palmas
en la belleza y en la nada

las tripas están en juego

no hay suela que resista
a una roseta en flor

ni alarido que traspase las sierras

vaso herrado
choca piedra y rumor

cerda sudada en el sudoeste
donde los brazos de un hombre
sangran

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