viernes, 13 de febrero de 2015

Mi pueblo

anido en los trigales
en las espigas ígneas
que sucumbirán por las semillas

soy de donde el viento
arrulla los cerros
dormidos por el calor sofocante
del Dios de oro

de los campos helados
por las barbas del invierno

abejas y pájaros
polinizan la primavera
los subditos del sol

soy del arroyo Pillahuincó
de la liebre y la perdíz
de la oveja inmutable

tengo olor a tilo
en los poros

en la piel
erizada por la historia
y Salamone

mientras aquí
lejano a la delicia

mi mente desgrana los instantes
que me han hecho feliz

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