...y pensé en los contrastes malditos que hay, entre un viaje al espacio y un niño sin pan... Silvio Rodríguez
viernes, 30 de diciembre de 2016
Extralímites
como el claqueteo de las hojas del patio
tañe tu voz en esta moralidad caduca
se enreda en los dedos la telaraña sentimental
esgrimo un ápice del aroma que corteja
e imanta tu todo alojándolo en ensueños
dueños sin pertenencias entre peces índigos navegando el aire
sentires esmerilados y yo tomando puñado a puñado
esa indecisión que flexiona tus tobillos
dejándote estupefacta ante el acceso a mi pecho
anchura en los ciclos que no abarcamos
en los tiempos yuxtapuestos para la voracidad de la incertidumbre
y para estas huellas que permanecerán
hasta la extinción humana
incesante
clareaba sobre la panza del horizonte
cuando depositó la chatarra en el pastito
rociado por el sudor de la oscuridad
lavó pies y manos en la boca de un tajamar ciego
por el sol que anunció otro inicio
era la mañana sobre su carro tirado a sangre pura
tenía en la boca un grillo asustado remolón
que pedía tregua al cansancio deseaba que cese el seso
de buscarle la vuelta a la jornada o a la existencia
en definitiva
el arroyo le rompió el perfil armonioso
le sobó la paciencia iracunda
por momento el hartazgo le vencía las rodillas
a punto de quebrarse como el surco de la aguada
su iris tomaba con fuerza a la pupila que se desparramó
queriendo sujetar el llanto
delante suyo había una corriente que le enseñó a seguir
un impulso irrefrenable aglomerado en el techo de su cuerpo
ciervos saltando la madrugada brotes primaverales
en el parietal gastado por el índice
que no cesaba de apuntar
cuando depositó la chatarra en el pastito
rociado por el sudor de la oscuridad
lavó pies y manos en la boca de un tajamar ciego
por el sol que anunció otro inicio
era la mañana sobre su carro tirado a sangre pura
tenía en la boca un grillo asustado remolón
que pedía tregua al cansancio deseaba que cese el seso
de buscarle la vuelta a la jornada o a la existencia
en definitiva
el arroyo le rompió el perfil armonioso
le sobó la paciencia iracunda
por momento el hartazgo le vencía las rodillas
a punto de quebrarse como el surco de la aguada
su iris tomaba con fuerza a la pupila que se desparramó
queriendo sujetar el llanto
delante suyo había una corriente que le enseñó a seguir
un impulso irrefrenable aglomerado en el techo de su cuerpo
ciervos saltando la madrugada brotes primaverales
en el parietal gastado por el índice
que no cesaba de apuntar
domingo, 25 de diciembre de 2016
rebusques
acostumbrado a cortar con cuchillo bueno
Pedro el juntalatas cortó el azar
emborrachó la sangre de sus antepasados
trajo cobijas para el futuro no quería enfermar los pasos
porque así empiezan a envenenarse los sueños
y ya nunca se tiene cordura
y la frustración grita gloriosa
Pedro de tanta alpargata gastada y días por la mitad
vistió su vida de palabras pobres pero grandes
como el hambre de sus hijos
sangró misterios mentiras piadosas para alimentarlos
robó flores recién vendidas del cementerio
y las vendió otra vez
pidió carretilla para echarle tierra a la incertidumbre
que lo mordía debajo del cabello detrás de la camisa
no había tiempo para el apetito henchido de los suyos
ni para la cólera o los espasmos de sus propias necesidades
estaba convencido de ellos de sus besos y caricias
de las manos pequeñas pidiendo leche tibia
al ordeñe del rayo de las primeras horas
Pedro tuvo un padre también
que le enorgulleció la pobreza también
la sencillez de poder despertar con el pecho calmo
y enriquecerse el ego con el primer sol
con el desafío de querer convertir sus manos en pan fresco
próspero y postrero para cada uno de sus días
nadie nunca le abrió una puerta él tuvo que abrirlas
atemorizado como niño solo en su primera vez
tuvo que derribarlas también
aunque esto le costara un ojo de la cara o dos quizás
pero siguió a tranco largo como quien rompe la luz para cegar la noche
encendió candiles y se los apagaron
y leyó la hora una vez y enloquecieron las agujas
como la cola de una tijereta
pero él no paró el arrollo del mal
ni el arroyo escandaloso que lindaba su rancho
ni el arrobo de los chanchos que le sometieron
Pedro optó siempre por el arrullo de sus crianzas
por llenarles las panzas y elegir desesperado
entre lo bueno y lo malo
Pedro el juntalatas cortó el azar
emborrachó la sangre de sus antepasados
trajo cobijas para el futuro no quería enfermar los pasos
porque así empiezan a envenenarse los sueños
y ya nunca se tiene cordura
y la frustración grita gloriosa
Pedro de tanta alpargata gastada y días por la mitad
vistió su vida de palabras pobres pero grandes
como el hambre de sus hijos
sangró misterios mentiras piadosas para alimentarlos
robó flores recién vendidas del cementerio
y las vendió otra vez
pidió carretilla para echarle tierra a la incertidumbre
que lo mordía debajo del cabello detrás de la camisa
no había tiempo para el apetito henchido de los suyos
ni para la cólera o los espasmos de sus propias necesidades
estaba convencido de ellos de sus besos y caricias
de las manos pequeñas pidiendo leche tibia
al ordeñe del rayo de las primeras horas
Pedro tuvo un padre también
que le enorgulleció la pobreza también
la sencillez de poder despertar con el pecho calmo
y enriquecerse el ego con el primer sol
con el desafío de querer convertir sus manos en pan fresco
próspero y postrero para cada uno de sus días
nadie nunca le abrió una puerta él tuvo que abrirlas
atemorizado como niño solo en su primera vez
tuvo que derribarlas también
aunque esto le costara un ojo de la cara o dos quizás
pero siguió a tranco largo como quien rompe la luz para cegar la noche
encendió candiles y se los apagaron
y leyó la hora una vez y enloquecieron las agujas
como la cola de una tijereta
pero él no paró el arrollo del mal
ni el arroyo escandaloso que lindaba su rancho
ni el arrobo de los chanchos que le sometieron
Pedro optó siempre por el arrullo de sus crianzas
por llenarles las panzas y elegir desesperado
entre lo bueno y lo malo
sábado, 24 de diciembre de 2016
serán
escribir entre el ruido el disturbio
en turbios tiempos impenetrables
como la otra selva
osamentas vivientes con vientres
deshilachados de tanto abundar
el linyera que bendijo a la vieja
a la chapa a la heladera que le sostuvo el hambre en la mano
como escupiéndola para trabajar
que el tiempo duerma por siempre
en el pecho lascivo
que del cuerpo tibio desvencijado sobre los adoquines
azules como el éter salgan
la perfumada melancolía el deseo la ira
el timbre metálico de los sentidos
todo pasará la noche buena la noche mala
los perros asustados
serán el silencio las arterias vacías
el músculo caduco el pelo ralo
quienes no puedan limar
el óxido de los recuerdos
en turbios tiempos impenetrables
como la otra selva
osamentas vivientes con vientres
deshilachados de tanto abundar
el linyera que bendijo a la vieja
a la chapa a la heladera que le sostuvo el hambre en la mano
como escupiéndola para trabajar
que el tiempo duerma por siempre
en el pecho lascivo
que del cuerpo tibio desvencijado sobre los adoquines
azules como el éter salgan
la perfumada melancolía el deseo la ira
el timbre metálico de los sentidos
todo pasará la noche buena la noche mala
los perros asustados
serán el silencio las arterias vacías
el músculo caduco el pelo ralo
quienes no puedan limar
el óxido de los recuerdos
domingo, 18 de diciembre de 2016
la boca de lo innecesario
en tantos caminantes de pies descalzos
duerme la mirada estéril
la boca de lo innecesario que pregunta vacíos
endechas
sogas que toman del cuello
materialistas en lista blanca
para robotizar sus cráneos
guardar en la caja roja del pecho
lo inherente a la belleza es apresar
los sueños jamás pensados
las aristas de lo que se precisa
para cambiar el mundo
rumbos inocentes que seguir
hacia el lugar que nadie comprende
duerme la mirada estéril
la boca de lo innecesario que pregunta vacíos
endechas
sogas que toman del cuello
materialistas en lista blanca
para robotizar sus cráneos
guardar en la caja roja del pecho
lo inherente a la belleza es apresar
los sueños jamás pensados
las aristas de lo que se precisa
para cambiar el mundo
rumbos inocentes que seguir
hacia el lugar que nadie comprende
miércoles, 14 de diciembre de 2016
imaginerías
camino
y cada persona lleva tu rostro
las baldosas son pétalos que asoman de tu piel
y se rompe el aire con tu voz
un aliento de aromo penetra mi inocencia
y la reduce
no llego
a los pesares de la realidad
ni deambula en mi el dolor
solo la prisa que aligera los pies
para estallar ante tus días
y cada persona lleva tu rostro
las baldosas son pétalos que asoman de tu piel
y se rompe el aire con tu voz
un aliento de aromo penetra mi inocencia
y la reduce
no llego
a los pesares de la realidad
ni deambula en mi el dolor
solo la prisa que aligera los pies
para estallar ante tus días
Pillahuincó
la mano sabia de un ciego
en la grieta de tu garganta
como un cactus se asoma al centro de mi luz
voz acéfala que sostiene mariposas
al final de estos brazos
alojando la tibieza de tu sangre
ese cálido derrame frente al ceño estupefacto
caricias emancipando labios contra labios
almas coronadas de mburucuyá
delicias de la infancia
florecen las veredas desandadas
en esta travesía de metatarsos silenciosos
acumulando infinitos
mi rostro tembloroso en el espejo
que atraviesa las achiras
desde de esos tiempos en que la vida
no estaba fraccionada
ni mi dedos se hundían en la espesura de los años
mientras las palabras retornan
a estos días equidistantes
la incertidumbre juega a darme la mano
como un niño
que sostiene su inocencia
en la grieta de tu garganta
como un cactus se asoma al centro de mi luz
voz acéfala que sostiene mariposas
al final de estos brazos
alojando la tibieza de tu sangre
ese cálido derrame frente al ceño estupefacto
caricias emancipando labios contra labios
almas coronadas de mburucuyá
delicias de la infancia
florecen las veredas desandadas
en esta travesía de metatarsos silenciosos
acumulando infinitos
mi rostro tembloroso en el espejo
que atraviesa las achiras
desde de esos tiempos en que la vida
no estaba fraccionada
ni mi dedos se hundían en la espesura de los años
mientras las palabras retornan
a estos días equidistantes
la incertidumbre juega a darme la mano
como un niño
que sostiene su inocencia
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hoy pasaron las ballenas
y en las pupilas quedaron sus cayos blancos amarillos rosados se saltearon las malas costumbres del día a día la intransigenci...
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para que le vas a añadir soledad al viento si sabe de sobra lo que significa como los celos a los puertos de amores extranjeros que na...
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