sábado, 7 de mayo de 2016

espera

salpica salpica
el yo    el superyó
instalados en la dentadura amarillenta
que parafrasea           que mastica otros tiempos

la difunta esposa        los besos debajo de la piel
los brotes de silencio           de preguntarse por qué

detrás de los ojos se pasean las coronas
arrojadas cada año sobre la frente de los ahogados

el tránsito de los hijos sobre el oficio
envejecedora labor      humedad que encapsula los huesos
doloridos engranajes entre la carne

salpican salpican
los dueños de la mar       las anclas mudas
incrustadas en el fondo      en los eslabones libres

libertinas pupilas apresando la línea cielomar
boca tajeada                 reseca de contar historias
de pedir auxilio              como si Dios
fuera una gaviota risueña clamando paciencia
escarbando en la soledad
capa por capa de un corazón derrotado

retrasando el día en que el último grito
se una a los ausentes

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