viernes, 3 de julio de 2009

Opérculo a la vida


Óbito incongruente
pertinaz raíz
enamorada de la orbe
en remojo.
Y estas letras
que tratan de ser…

Recónditos caminos
hilados por el ovillo
confuso
de la savia.

Inerte febrilidad
de un día sin transcurrir.
Arpa embelesada
de tus dedos huidizos,
buscadores de intimidad.

Reparadora del espanto,
crasa de la sapiencia,
lujuriosa cala de Rivera.
Ancla fondeadora del
mar azul enriquecido.

Sexualidad exasperada
que funde y moldea
tu cuerpo a este mío
desgarrado
y
mueren allí
sin saberlo nadie.

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