martes, 20 de febrero de 2018

mala cara

buscaba agua limpia a cuatro patas
luego de comerse los vestidos de luto
con que se cubría la tierra

cantaba triste a los pájaros inadvertidos
que le seseaban los sesos de caballo envenenado

con los vasos volcando la nada
en su rinconcito tuerto             preparaba un respiro más
sin saber cuál era el de lo eterno

mientras tanto siguió bendiciendo campo               satisfizo
gaucho mujer y niños de la pobreza alegre
que se entristecían a cada paso de las alas blancas

blanco mortaja             perfume agrio
que invade hasta la oscuridad del cuerpo

liviano plumón viajero pelusa otoño
que traga el oeste el este este aquel

hasta caer dormido en un para siempre

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