martes, 18 de julio de 2017

Dagoberto Luis

                                                                                                 a mi tío



haciéndole frente al respeto               irrigado
plantó su vida frente a todos
desde niño de labor a sutil caminero

se empozaba en la ternura            la agrura
que los demás dejaban de su puerta hacia afuera

cuando mi corazón tenía apenas tres centímetros
los días me jugaban en el estanque de su hábitat
adormecido ante el molino musical
tan solo para oídos de infancia

él          con las plateaditas          sus anécdotas
y su camioneta como marca en el pecho
y la crianza de los hijos
el Usted anulando el voseo

que lo sorprendía entre la leña
o el alambre ajeno o propio     que cultivó
los límites

el ir y venir hacia mi                      cuando la necesidad estaba preñada
en el peso de los brotes
que conmocionaron la experiencia

más tarde los pasos lentos                       la insistencia al trabajo
a ser      a cualquier valor
así lo acosó el existir

hasta acoger a la puta de la muerte
absorta              regular endemia
que todo lleva                   sin tener en cuenta

el aroma de las almas


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