miércoles, 4 de mayo de 2016

encallado

quedan navegaciones    naufragios    y hasta amores
en su esqueleto clavado en la arena como una jabalina
arrojada por las manos salitrosas del océano

los gritos de cada marino están pegados
en las paredes de su cuerpo
sujetándose como gotas de cera

con dientes afilados el agua devora
la totalidad de su anatomía
la pintura
          desde hace años fue liberada de su celda

y si bien es una figura pintoresca
para quienes disfrutamos de sacrificios ajenos
su sangre amarronada
con el peso aumenta el volumen de su extinción

en su memoria no quedará más que algún poema
y el recuerdo de que algún día
por primera vez zarpó

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