Vuelvo con las cicatrices
de andar caminos,
volando tambaleante
como un pájaro herido.
Llorando amigos
lugares y momentos
que en mi vagar
he perdido.
Adosado el peso
de bártulos convalecientes,
ajados y mordidos.
Apresurado al encuentro
con mis pichones
que hace días
a los ojos no miro.
Con el ojo largo
y la incertidumbre
colgando de mis hombros,
descifrando cuál de todos
estos nuevos caminos sigo.
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