Mi propia palabra
acecha contra el viento,
posee bella sonoridad
hace hincapié
en su propio acento.
Viajamos sentados en el estribo
de un tren.
Pinto paredes huérfanas de color,
escribo poesías en un fondo
de desamor.
Susurro en tu oído
burbujas y corazones
voraces de amor.
Incremento mi voz
a un tono mayor,
liberando un espectro
que domestique las conciencias,
provocando labor.
Roncan los huesos de quien
construye felicidad,
Brama la impotencia
del poder y la maldad.
Cuelgo el oído
del pecho del bondadoso.
Me tomo a golpes de puño
con el impune y el traidor.
Introduzco tu boca de libélula
en mi beso provocador.
Desnudo tu inocencia
con mi burda indecencia.
El vientre del presente
colmado de preñez.
El hijo del futuro tan ansiado
ya es…
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