No despierten a mi niño
dormido.
Detengan los dedos
que halan gatillos.
No interrumpan nunca
los besos de mi niña
a los lirios.
Detengan los labios
que hablan
sin prejuicios.
No despierten a mi niño
dormido,
ni interrumpan nunca
los besos de mi niña
a los lirios.
Mejor aprovechen
el tiempo
aprendiendo de ellos
cómo se construye
un Mundo
con ternura,
inocencia
y amor.
Sin delirios.
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