Cuando mi mano roza
la tuya,
son libres palomas
cortejándose,
blancas, puras,
impías.
Cuando mis labios besan
los tuyos,
son doradas abejas
embadurnadas por la jalea
de tu saliva,
dulce, humectante,
bendita.
Cuando mi lengua acaricia
la tuya,
son olas emisarias del mar
de tu interior,
salado, calmo,
pueril.
Cuando mi cuerpo se encarna
al tuyo,
es una sagrada unción,
con perfumes de magnolias
y fresias,
tiritantes, encaramadas
en tu pubis
de azúcar.
Cuando mis lágrimas de emoción
se asocian a las tuyas,
generan una dulce
segregación
de miel.
Y nos amamos…
Y nos amamos…
1 comentario:
Cuando mis lágrimas de emoción
se asocian a las tuyas,
generan una dulce
segregación
de miel.Muy dulce Caracollll!!!!
Publicar un comentario