sábado, 12 de septiembre de 2009

Último tren

( A los miles de desocupados qué dejó el ferrocarril)
.
Qué difícil qué es dormir
en esta cueva.
Qué arrugada está
mi cama de cartón.
.
Yo qué he sido
un hombre de trabajo,
de valor.
Hoy no tengo ni un harapo
pa’ abrigar mi desazón.
.
Ni mis manos son las fuertes
qué movieron un vagón.
Brutas herramientas
sostuvieron pa’ arreglar
aquel motor.
.
Mis oídos ya no son,
de tanta locomotora,
habrán huido por temor.
.
Hoy del hambre
me he hecho amigo.
Del tiempo no tengo
ya noción.
.
El ferrocarril
era mi vida,
no sé porque
me abandonó.
.
Hoy he vuelto aquí
a la vía,
sobre ella me he
de echar,
hasta qué mi último
tren, por fin,
me venga a abrazar.

No hay comentarios:

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...